Noviembre tiene algo de mes insulso, de cielo gris y días que se acortan, situado entre octubre (cargado de cumpleaños de familiares y amigos, ¡comprobadlo!) y el estridente diciembre que anuncia su venida con los primeros avisos de la lotería y de otras navideñas ocupaciones que ya se ciernen sobre nuestras desapercibidas conciencias.
Esta anodina cualidad noviembrina me permite recordar con cierta calma el pasado reciente. Con ocasión del fallecimiento de Steve Jobs (a comienzos de octubre de 2011) conocí su conmovedor discurso a los graduados de una universidad estadounidense (v. texto original y vídeo con subtítulos en castellano, y también una traducción al español). Cuando lo leí me conmovió porque sintonicé emocionalmente con varias de las experiencias que Steve desgrana con magnífica oratoria y algunas de las ideas de este discurso producen un fuerte eco en mi caja de resonancia vital. Como su consejo de ‘encontrad lo que amáis’ y la imagen de los ‘puntos que conectan’ esa estela en la mar que es el camino, o el ‘Stay Hungry. Stay Foolish’ con el que concluye.
[…] Don’t let the noise of others’ opinions drown out your own inner voice. And most important, have the courage to follow your heart and intuition. They somehow already know what you truly want to become. Everything else is secondary.[…]
tan callando. 